El formador no tiene solamente la tarea de enseñar técnica y táctica desde las edades más tempranas (prebenjamines, benjamines, alevines, etc.), sino de educar en todos los parámetros relacionados con el deporte y la enseñanza (lo que incluye la educación en valores como el compañerismo o el respeto).
No basta con ser formador, hay que ser un formador eficaz y eficiente, y eso significa disponer de los recursos necesarios (y saber ponerlos en marcha) para dotar y ofrecer a los niños las herramientas necesarias para alcanzar los objetivos propuestos.
Un factor fundamental para ofrecer un buen aprendizaje está en saber qué comunicar, cuándo comunicarlo, y lo más importante, cómo comunicarlo. Las instrucciones eficaces son las que indican al jugador, de una manera clara, qué ha de hacer y cómo lo ha de hacer. Pautas a seguir:
- Captar la atención de los jugadores, para que vean, escuchen y aprecien los gestos.
- Proporcionar la información adecuada, informar de los objetivos que pretendemos conseguir con las tareas planteadas, utilizando las palabras justas (mucha información les puede saturar).
- Proporcionar ejemplos claros (una imagen vale más que mil palabras).
- Ofrecer el tiempo suficiente para la realización de las tareas.
- Usar situaciones reales de juego.
- Practicar habilidades y ejercicios complejos paulatinamente y por partes.
Teniendo todos estos aspectos en cuenta, seremos capaces de llegar más fácilmente al niño, y serán ellos los que comprenderán y asimilarán con una mayor claridad la información que pretendemos dar.
Miguel Ángel García "Aroca"
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