En estos días nos van inundando malas noticias sobre la LOMCE (nueva Ley de Educación que entrará al curso que viene en vigor en algunos niveles educativos), a la vez que aumentan los sentimientos de ignorancia e indignación, y con la sensación en el cuerpo de que en vez de evolucionar y progresar, involucionamos.
Meterse en una crítica profunda de la ley que nos quieren inculcar una serie de señores que no han pisado un aula de Primaria en su vida quizá no sería lo más adecuado, porque nos podríamos pegar años y años, tratando de explicarnos el por qué de algunas decisiones que han tomado (costaría entenderlas incluso hace 20 años). En mi caso me voy a centrar en la Ed. Física, no porque me parezca la más importante, sino por ser la que más de lleno me toca, como futuro maestro de Educación Física y miembro de una estructura que promociona la actividad física y el deporte en la población en edad escolar.
Para que nos hagamos una idea, lo que se pretende es reducir el número de horas de la Ed. Física (actualmente unas tres a la semana, aunque normalmente no se llega), y contrarrestar el número de horas con programas de dinamización deportiva en los tiempos de recreo. Y yo no me muestro contrario a estos programas ni mucho menos, me parecen muy satisfactorios, pero siempre en complemento de las 3 horas (como mínimo) de Educación Física. No hay que tomarse estos programas a la ligera, no es el comodín que se usa en los programas de la tele, aunque está claro que estos dirigentes que tenemos así lo consideran. Lamentablemente dependen de muchas variables, muchas de las cuales no encontramos en todos colegios: tiene que haber espacio suficiente para llevarlos a cabo, una cierta organización, etc. Como digo, muy deseables, pero nunca como recurso principal para promocionar la actividad física y el deporte en el colegio, para eso ya esta la Educación Física.
A costa de las horas de Educación Física y de otras áreas las cuales quieren borrar del mapa escolar (Música, Educación Artística y puede que alguna más), van a aumentar las horas de Lengua, de Matemáticas, de Ciencias... para llegar a una formación cada vez más teórica y cada vez más alejada de la vida real (no desecho su importancia, ni mucho menos, me parecen muy importantes, pero por eso ya tienen un gran peso en el horario escolar, no veo necesario aumentarlas aún más).
Esta decisión quizá sea el fruto de una mentalidad equivocada hacia la Educación Física... La educación física no es el rato de ocio dentro del horario escolar, no es un espacio en el que solo importa que los alumnos se muevan, no es juego libre, no es el rato para jugar al fútbol, no es la gimnasia... No es nada de eso, es algo mucho más importante, y juega una importancia vital dentro de la formación de todo niño.
Es un espacio que permite al niño conocer su propio cuerpo y el de los demás, descubriendo las posibilidades propias y ajenas; permite al niño autorrealizarse y participar en equipo; permite al niño iniciarse en diferentes disciplinas deportivas, probando y quizás eligiendo la que más le motive; permite al niño el desarrollar hábitos de vida saludables; permite al alumno mantenerse físicamente activo, a la vez que trabaja "otro tipo" de inteligencia... Va a contribuir a la formación del alumno, físicamente, mentalmente, afectivamente, socialmente, etc.
Por todo ello, una gran cantidad de instituciones europeas y autores relacionados con la E. Física demandan su potenciación... Nosotros en cambio preferimos machacarla, a pesar de que hay estudios científicos que relacionan la actividad física con un buen rendimiento académico (Robert Wood Johnson Foundation), a pesar de que hay evidencias científicas que relacionan la actividad física con una buena salud.
Nosotros somos los más chulos de Europa, y nos pasamos por el arco las recomendaciones de que son necesarios 60 minutos de actividad física la mayoría de los días de la semana para que se hagan efectivos sus numerosos beneficios para la salud (OMS, 2010), aún a pesar que solo el 54% de los chicos y el 31% de las chicas cumplen estos niveles (Consejo Superior de Deportes, 2011)... Pero en vez de potenciarla, nos la cargamos.
Y todo ello en una sociedad infantil y adolescente cada vez más expuesta a problemas de bastante gravedad: inactividad física, obesidad infantil, riesgo de mala salud mental (Instituto Nacional de Estadística, 2006), descenso de valores en el compromiso ciudadano y social, mayor vandalimo juvenil, mayor exposición a hábitos poco saludables (drogas, alcohol, tabaco, etc.), generaciones ni-ni... Todos estos problemas justifican cualquier iniciativa de promoción de actividad física y deportiva, sobre todo en los cotegios,un entorno en el que los niños/as pasan bastante tiempo.
No todo el mundo puede permitirse que su hijo/a realice actividad física fuera del colegio, porque cuesta un dinero importante, entonces, ¿por qué reducir/quitar ese recurso tan valioso que asegura una cierta actividad física? ¿Por qué se ningunea a la Educación Física? ¿Por qué se le da tan poca importancia a la actividad física?
Una gran cantidad de por qués sin respuesta, un lujo poder permitirse tantos de ellos teniendo en cuenta la realidad que vivimos día a día... Tenemos una sociedad que va en decadencia al son de la educación, pero no por culpa de los agentes educativos, porque nuestras ganas son tremendas, sino por culpa de otras personas que como digo nunca han tenido que meterse a la realidad de una clase de Educación Primaria.
¡Ay Educación Física, cómo te voy a echar de menos!
Reflexión que sale de lo más profundo de mis adentros. Excesivamente larga, pero eliminar cualquier palabra ya no sería reflejar lo que de verdad siento. Ojalá no la hubiera tenido que hacer, me apena mucho...
