CD Unión A 2 - UD Amistad 4
Daniel Carrillo, Sergio Belenguer, Ángel Baguer, Rubén Galán, Óscar Gimeno, Manuel Cardiel, Carlos Baeyens y Daniel Cerrato (c). También participaron Héctor Lacueva, Sergio de Cea y Eduardo Ballester.
Partido muy complicado el que nos tocaba jugar, en un campo bastante diferente al que estamos acostumbrado, y ante un rival con un potencial increíble. El partido se inició con el peor comienzo que podíamos imaginar. La picardía de dos jugadores del Amistad se une a un libre indirecto bastante riguroso (pero señalado sin ninguna duda por parte del árbitro, luego hubo 50 igual y se tragó el pito) para hacer el primer gol del conjunto rojillo (minuto 2).
En el minuto 4, el conjunto del Amistad conseguía su segundo gol, tras un buen lanzamiento de falta, que casi es parado por nuestro portero. Estábamos hundidos, no nos salía nada, y todo se complicó aún más con la llegada del 3-0 (minuto 9), tras un despiste en el medio campo que hace que un atacante del Amistad se plante delante de nuestra portería sin oposición, sin perdonar (como afirma en sus declaraciones...). Quizá en el peor momento fue cuando nuestros chicos despertaron, consiguiendo el 3-1 por medio de Carlos, que se encontraba en el lugar adecuado en el momento adecuado, como buen delantero. Era el minuto 10, y el partido se equilibraba un poquito más, quedando aún mucho por hacer.
Tras este gol llegaron los mejores minutos de nuestros chicos, que confiando en sus posibilidades, comenzaron a organizarse mejor, ahogando al Amistad, hasta el extremo de cercarle en su campo. Sin embargo, las ocasiones seguían sin ser muy claras. En el minuto 21, Eduardo remachaba a las mallas un balón muerto en el área (tras varios rebotes). Lo difícil estaba hecho, nos habíamos metido otra vez en el partido, y la inercia del juego indicaba que estaba más cerca el tercer gol nuestro que el cuarto del Amistad.
Inexplicablemente, llegó el descanso en el minuto 25 y medio. Digo inexplicablemente porque en esta primera mitad se perdieron al menos 2-3 minutos atando botas (la "magnífica" afición del Amistad se encargó de hacérselo saber al árbitro, mediante el código lingüístico (gritos) y el código no verbal (trompetas, tambores, bocinas y demás elementos circenses). Consciente de su error, el árbitro no dio mayor importancia a mis protestas.
En el descanso, hice saber a los chicos que lo estaban haciendo estupendamente, que habían logrado lo más difícil, y que lo mejor estaba por llegar si seguíamos en esa misma línea.
En la segunda parte, el Amistad salió bien organizado en defensa, sin complicaciones, y con el juego en largo como única arma ofensiva. Nosotros seguimos a lo nuestro, y las ocasiones no tardaron en llegar (la primera a los 40 segundo tras tiro lejano de Héctor que saca magistralmente el portero). Seguíamos llegando con peligro a la portería del Amistad, pero el balón no quería entrar (unas veces por los reflejos del portero, otras veces por la eficacia de los defensas, incluyendo el jugador raya) . El tiempo pasaba, y cada vez las ocasiones eran menos claras para nosotros, sin embargo, el espíritu de la remontada seguía ahí.
En el único error que tuvimos en la segunda parte, llegó el cuarto gol del Amistad, el de la tranquilidad, el de la victoria. ¿Cómo llegó? Mediante un tiro lejano, como no podía ser de otra forma (el Jabulani es lo que tiene, que va teledirigido), que pega en el palo y entra, para deleite de la filarmónica de Berlín. Poco pudimos hacer a partir de ese momento. El Amistad nos ganó la batalla, haciéndonos caer en la trampa del pelotazo.
Este partido nos servirá al menos para adquirir experiencia, ya sé que para la próxima vez me tengo que llevar a mis primos de Calatayud, uniformados con el chándal de la Unión, y colocarlos en diferentes partes del campo, con el objetivo de que se juegue con nuestro balones (por favor, cómo quieren que toquemos otros balones, eso es de mediocres).
Para finalizar este artículo de prensa alternativo, quiero dar mis felicitaciones a los jugadores del Amistad, y a los entrenadores (a la grada no, que son muchos y me canso). Supieron aprovechar nuestro momento de debilidad, cosa que luego nosotros aprovechamos a medias, y por ello son justos merecedores del trofeo (y de la serigrafía en las botas, Oh là là).
En cuanto a mis chicos, felicitarles y decirles que nunca he estado tan orgulloso de ellos. Injustamente o justamente, perdimos una final en la que no fuimos inferiores. Simplemente no pudimos desplegar el juego habitual, porque delante había un equipo guerrillero y bien trabajado. Aún así, no fueron perdedores, sino subcampeones! El trabajo que hicieron no lo cambio por nada del mundo.
Daros las gracias a todos que estuvisteis presentes (había mucha gente de la Unión, por cierto, un saludo desde aquí), animando y dando aliento a nuestro chicos (a pesar del ruido de las vuvuzelas). Al árbitro darle mi enhorabuena, por gente como él se desprestigia el mundo del arbitraje (qué fácil es robarle un caramelo a un niño).
Un saludo a todos
