viernes, 24 de mayo de 2013

¿Hijos orgullosos de sus padres? O ¿padres orgullosos de sus hijos?

Hace poco tiempo leí en unos foros de fútbol base bastante conocidos en Aragón, que por cierto han degradado mucho por la intervención de unos pocos que han abusado y reabusado de su libertad de expresión y opinión (siempre bajo un nick o alias), que no solamente era importante que los padres se sintieran orgullosos de sus hijos cuando éstos están haciendo aquello que más les gusta (jugar a fútbol), sino que también era importante que los chicos se sintieran orgullosos de sus padres cuando éstos últimos están fuera de un terreno de juega (viendo a sus hijos, claro está). 

A priori todos podemos estar de acuerdo con estas afirmaciones, pero si uno se pone a pensar, el trasfondo de ello es espejo de la aberración que encontramos actualmente en muchos campos de fútbol. Afortunadamente, no ocurre en todos campos de fútbol. 

¿Se ha llegado a tan bajo nivel de comportamiento de las personas que están fuera de los terrenos de juego (no solamente padres y madres, incluyo a todo el mundo, inclusive a los entrenadores), que cuando alguien externo tiene un comportamiento adecuado hay que estar orgulloso de él/ella? Según mi opinión, esto es traspasar el "protagonismo" del fútbol base al que está fuera, y no al niño, que es el que está dentro jugando y disfrutando del deporte con sus amigos. 

Esto es fútbol base, y como su nombre indica, está centrado en las categorías base, en los niños y más jóvenes. Ellos tienen el protagonismo, ellos son los que van a ir a entrenar todas las semanas esforzándose día a día, y los que se van a dejar todo en los partidos por su equipo. Ellos son los protagonistas, y por todo eso que hacen hay que estar orgullosos de ellos, aunque muchas veces no se consiga el premio de la victoria. El esfuerzo y el disfrute han de estar por encima de ello, aunque muchas veces nos cueste pensarlo. Todo esto es pasajero, se terminará, y por ello hay que disfrutar de cada minuto. 

Todos los que formamos parte de ese colectivo que abarrota los exteriores de los campos de fútbol base, tenemos que ser conscientes de que nuestro protagonismo es nulo, no tenemos el derecho de enturbiar o contaminar el protagonismo y el disfrute de los chicos. Tenemos que ayudarles a que sean felices en eso que hacen y que tanto les gusta. Nuestro comportamiento debe ser ejemplar, y por encima de cualquier cosa, tenemos que estar orgullosos de nuestros chicos. Nadie tiene que estar orgullosos de nuestro comportamiento, es algo implícito que deberíamos conocer ya. No me parece correcto premiar al "exterior" que se comporta bien, pero sí estoy de acuerdo en castigar a aquel que se comporta como no debería ser. 

Puede que mucha gente no esté de acuerdo conmigo, está claro, pero es una reflexión personal fruto de mi experiencia como jugador y entrenador de fútbol base. 


Alejandro Cuartero Gil

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